1. Un rotundo sí, como el tuyo. Soy inmune a las ideas del bucle cerrado, la teoría de la simulación, el determinismo más duro… etc. Y creo que no solo son posibles sino más probables que un universo donde cada individuo es “arquitecto de su destino”.
El mundo, la gente, la vida… ya son gloriosos de por sí. El simple existir y ser un observador es una fiesta. Si cambiáramos algo seríamos otra persona. Explico mi manera de pensar, con ciencia y a fondo, en nuestro artículo de hace unas semanas, “¿Por qué naciste?”
2. Solo gratitud. Como ser humano, es un honor aumentar la entropía del universo más que cualquier otra estructura conocida (en proporción a nuestro tamaño).
3. Si pudiera configurar a mi hijo como configuro un asistente virtual, lo haría. Ya lo hemos venido haciendo o intentado desde hace miles de años, no? Solo que con niveles de ignorancia inimitables… Si existiera un botón o parámetros etiquetados, a darle. No es cinismo: si los seres humanos fuéramos fácilmente configurables de esa manera, pues muy poco nos separaría de un asistente virtual. En ese caso, optimicemos. Ya vendrá la complejidad y la teoría del caos a darle profundidad y emergencias a nuestro trabajo.
4. Terrible crianza: los seres humanos necesitamos de pocas cosas para funcionar bien. Pocas. Pero una que se sabe necesaria es la vinculación emocional, los afectos y socialización. Si no existe, la química hormonal se va al diablo y buena suerte. Hablo no solo de la química del hijo, sino la de los padres también.
Gracias por las preguntas, muy buenas. Y a esperar la siguiente entrega (ya sospecho qué libro es!).
Muy interesante 😃. Lo incluimos en el diario 📰 de Substack en español?
1. Un rotundo sí, como el tuyo. Soy inmune a las ideas del bucle cerrado, la teoría de la simulación, el determinismo más duro… etc. Y creo que no solo son posibles sino más probables que un universo donde cada individuo es “arquitecto de su destino”.
El mundo, la gente, la vida… ya son gloriosos de por sí. El simple existir y ser un observador es una fiesta. Si cambiáramos algo seríamos otra persona. Explico mi manera de pensar, con ciencia y a fondo, en nuestro artículo de hace unas semanas, “¿Por qué naciste?”
2. Solo gratitud. Como ser humano, es un honor aumentar la entropía del universo más que cualquier otra estructura conocida (en proporción a nuestro tamaño).
3. Si pudiera configurar a mi hijo como configuro un asistente virtual, lo haría. Ya lo hemos venido haciendo o intentado desde hace miles de años, no? Solo que con niveles de ignorancia inimitables… Si existiera un botón o parámetros etiquetados, a darle. No es cinismo: si los seres humanos fuéramos fácilmente configurables de esa manera, pues muy poco nos separaría de un asistente virtual. En ese caso, optimicemos. Ya vendrá la complejidad y la teoría del caos a darle profundidad y emergencias a nuestro trabajo.
4. Terrible crianza: los seres humanos necesitamos de pocas cosas para funcionar bien. Pocas. Pero una que se sabe necesaria es la vinculación emocional, los afectos y socialización. Si no existe, la química hormonal se va al diablo y buena suerte. Hablo no solo de la química del hijo, sino la de los padres también.
Gracias por las preguntas, muy buenas. Y a esperar la siguiente entrega (ya sospecho qué libro es!).
Muchas gracias por dejar tus reflexiones ☺️. Son ejercicios de introspección en los que me gusta perderme de vez en cuando.