FdA #91 - Cómo un Persa del Siglo IX Puso Nombre a la Era Digital
Sobre cómo el cruce de culturas y el misterio del cero encendieron la chispa de la era digital que vivimos hoy.
“La nada es el principio y el fin de todas las cosas.”
— Anaximandro
Esta frase, cuyo origen es anterior a dos mil años, encierra una paradoja fascinante. Lo que para muchos es vacío, ausencia o la nada, puede ser en realidad el punto de partida de todo lo existente.
En la historia de los números, el cero representa precisamente esa idea filosófica: no es solo un simple hueco entre cifras, sino el fundamento que permite construir sistemas complejos, abrir caminos al pensamiento abstracto y revolucionar la manera en que entendemos el mundo.
Del Tigris a la Nube Digital
Hubo una época en la que hacer cuentas era un arte reservado a unos pocos. No existían calculadoras, menos aún ordenadores. El número cero no se contemplaba para el cálculo. Un comerciante podía perder mucho si cometía un pequeño error al sumar.
Pero luego, desde el lejano Bagdad, un hombre cambió para siempre la forma de entender los números. Su nombre no solo revolucionó la aritmética, con el tiempo, también acabó bautizando el corazón de nuestra actual era digital.
¿Sabes a quién hago referencia?
Al-Juarismi, el matemático persa
Imagina que viajas en el tiempo y consigues llegar al Bagdad del siglo IX. Bien cerquita del rio Tigris, ciudad que era el epicentro intelectual del mundo islámico. Te encuentras ante uno de los principales focos culturales de nuestra historia. Sus calles están bulliciosas, repletas de tiendas y mercaderes. Te llega un rumor. Es sobre una institución que va a destacar por encima del resto: la Casa de la Sabiduría.
Te la describen como una biblioteca, pero es mucho más que eso. Es un laboratorio de ideas que junta a filósofos, astrónomos y matemáticos de diferentes religiones y culturas. Te acercas a ese mágico lugar y rápidamente te das cuenta de algo… ¡Colaboran! Muchos intelectuales trabajan juntos para recopilar, traducir y expandir el conocimiento de tiempos más antiguos.
Por ahí circulan antiguos manuscritos en griego, persa, sánscrito y otras lenguas que se traducían al árabe para evitar perder saberes. No solo eso, también los enriquecían. Al mismo tiempo, en otras partes del mundo este conocimiento se está perdiendo.
Tu fascinación hace que te despistes y acabes chocando con un tipo con un gran turbante que parece bastante ocupado, parece que va murmurando algo y sigue a lo suyo. Cerca hay otro erudito y te comenta que se trata de Muhammad ibn Musa al-Juarismi, un cerebrito. Te suena que, en tu época, se le considera uno de los padres de las matemáticas modernas.
No solo fue matemático, también tenía amplios conocimientos de astronomía y geografía. Se le consideraba un gran divulgador por su capacidad de sintetizar y transmitir conocimiento. Combinó matemáticas tanto de la India como del mundo clásico y lo puso al alcance de sus contemporáneos.
Uno de sus mayores logros fue su tratado sobre los números hindúes y la aritmética decimal, que sentó las bases de nuestro sistema de numeración actual. La introducción sistemática del cero fue gracias a él, algo que conceptualmente revolucionó su época.
El puente entre culturas que fue la Casa de la Sabiduría permitió una gran revolución científica y filosófica que, varios siglos después, llegaría a Europa para cambiar el mundo.
De la gran Persia a la Europa medieval
Pues nada, decides que toca coger la máquina del tiempo de nuevo para ver qué hicieron en Europa con todos estos conocimientos, así que te vas al Toledo del siglo XII. Ahora te encuentras en una ciudad que fue tomada a los musulmanes unas cuantas décadas atrás, así que no es raro que sus bibliotecas estén repletas de obras conservadas por los árabes.
De nuevo oyes un rumor… te hablan de una escuela de traductores que destaca por estar formada por eruditos cristianos, judíos y musulmanes que… ¡colaboran! Se dedican a hacer algo parecido a lo que viste en la Casa de la Sabiduría: traducir al latín obras árabes (que incluían las antiguas obras griegas y demás que previamente ellos habían traducido a su lengua).
De nuevo te quedas embobado con lo que ves, así que no es de extrañar que vuelvas a chocar con alguien y haces que todos los papeles que lleva caigan desperdigados. Te suelta un improperio: “Porca miseria! Và a ciapà i ratt! Gh’è nagòtt de fà cun questa gent!“. Te quedas alucinado. ¿Eso era italiano? ¿No estábamos en Toledo?
El hombre recoge sus cosas y se va, que parece que tiene prisa. Un erudito que pulula por ahí te dice se trata de Gerardo de Cremona, un sabio italiano que se dedica a traducir al latín muchos tratados de astronomía, medicina y muchas obras matemáticas fundamentales. Entre ellas, las obras del compi Al-Juarismi.
Su nombre fue traducido al latín como Algoritmi. ¿Te suena esa palabra verdad? Con el tiempo, los eruditos europeos empezaron a asociar el término no solo con el autor, sino con la novedosa -para ellos- técnica de cálculo que introducía el uso de los números arábigos y el sistema decimal, incluyendo el número cero. Era un contraste notorio si lo comparamos con los complicados números romanos, que estaban destinados a perder protagonismo.
Inicialmente, un “algorismus” era sencillamente una operación realizada según estas nuevas reglas y pasos concretos. Varios siglos más tarde, el término evolucionó para adoptar un significado un poco más abstracto y universal, hasta llegar al actual término “algoritmo”, que definimos como un conjunto ordenado de instrucciones para realizar una tarea.
Un programa informático se compone de líneas de código que forman algoritmos, pero una receta de cocina también es un algoritmo, así como las instrucciones para montar un mueble del Ikea o los pasos que sigues para hacer la compra en el súper.
Así que esta idea sigue vigente hoy y, probablemente, seguirá vigente muchísimos años más.
La revolución silenciosa del cero
¿Y qué pinta el cero en todo esto? El cero es uno de los grandes inventos de la humanidad. Hoy nos resulta familiar, pero durante muchos siglos el cero era algo inquietante a nivel cultural. La adopción de este número en el sistema decimal fue clave para que los métodos de cálculo -algoritmos- se volvieran mucho más eficientes.
Al-Juarismi explicó el sistema numérico decimal de origen indio, que utilizaba diez símbolos (del 0 al 9) y un valor posicional, de modo que el valor de cada dígito depende de la posición que ocupa. La revolución del cero radica en ese “hueco” que deja en una posición para poder diferenciar, sin ninguna duda, 303 de 30. ¡Chupaos esa números romanos, griegos y egipcios!
Este sistema hacía que los algoritmos para sumar, restar, multiplicar y dividir se simplificaran radicalmente, algo que los mercaderes agradecieron hasta el infinito.
El cero permitía expresar la nada dentro de los números, pero también servía como potenciador de una cifra si su posición se sitúa a la derecha. Es una herramienta multiusos, es el más polímata de los números, gracias al cual fue posible desarrollar nuevas ramas de las matemáticas, como el álgebra.
La introducción del cero no solo fue una mejora técnica, fue una revolución intelectual que puso los cimientos del cálculo moderno y, siglos después, de la informática.
Algunas curiosidades
En la antigüedad grecorromana, el concepto de ausencia en los números se manejaba de forma muy limitada, se entendía por el contexto cuando un hueco quedaba vacío. Los ábacos usados en la Europa medieval antes de la llegada del sistema indo-arábigo no tenían la posibilidad de representar el cero.
Los árabes llamaban al cero “sifr”, de ahí la palabra “cifra”. La llegada del sistema decimal no tuvo ninguna bienvenida, los números arábigos eran vistos con desconfianza y muchos comerciantes preferían seguir usando ábacos y números romanos.
En algunos sitios incluso se prohibió, como en Florencia, donde una ordenanza llegó a establecer que no se permitía el uso de cifras “sarracenas” en los registros públicos por temor a fraudes y manipulaciones contables.
Más allá de las matemáticas, el cero también ha sido protagonista en varios episodios de la filosofía. Para muchos, su “nada” resultaba inquietante. ¿Cómo era posible que un número representara la ausencia absoluta?
En cambio, para el esoterismo y la numerología el cero simboliza el vacío, el origen de todo, el potencial puro y punto de partida antes de la manifestación del universo. En algunas tradiciones se relaciona con la totalidad, el infinito o el círculo, usado como símbolo de ciclos, retornos y renovación.
Así que para algunos representa la nada mientras que para otros el todo. No me negarás que el cero da mucho más juego del que se puede pensar a bote pronto.
Reflexiones finales
¿Qué pensaría Al-Juarismi si viera que su nombre derivaría en algo que hoy está hasta en la sopa? Hoy usamos la palabra algoritmo casi a diario. Muchos solo la asocian a los programas que rigen las redes sociales, los buscadores o la inteligencia artificial, pero un algoritmo no es más que un conjunto de pasos lógicos para resolver un problema.
Hablar de algoritmos es hablar de una idea que ha viajado en el tiempo y el espacio. Nació como una técnica en una punta del mundo, que, gracias a comerciantes, sabios y traductores se fue transformando hasta expandirse y llegar a ser la esencia de la informática moderna y futura.
Es el resumen perfecto del poder del conocimiento compartido.
Quizá Al-Juarismi sentiría asombro al ver que su afán por ordenar el mundo de los números ahora ordena el mundo de los datos. O quizá no sentiría asombro alguno al ver que, mil años después, los métodos claros y universales siguen guiando a la humanidad.
En un mundo cada vez más gobernado por algoritmos, recordar su origen nos ayuda a entender que la tecnología siempre está hecha de historia, de cultura y de personas. Y que, en el fondo, sigue siendo cuestión de encontrar el mejor camino para resolver los problemas de cada época.
Recomendaciones de la Semana
🎧 Podcasts
La idea del post de esta semana me surgió después de que Jaime mencionara a Al-Juarismi en el cuarto episodio sobre el milagro del dinero en su podcast.
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¿La tecnología nos salva o nos complica la vida? En este episodio de Futuroscopia se debate sobre tecnooptimismo, tecnopesimismo y la neutralidad tecnológica junto a Ariel Guersenzvaig. Una charla profunda sobre cómo pensamos, moldeamos y sufrimos la tecnología. Si te intriga el futuro, este podcast es para ti.
Muy interesante 😃. Lo incluimos en el diario 📰 de Substack en español?
¿Por qué hay algo en lugar de nada?
Qué tema tan atractivo. Lo fascinante fue que el concepto matemático del cero fue inventado en varias culturas en varias épocas, de manera independiente.
Por cierto, hay otra palabra que usábamos más antes y ahora no tanto que debe su origen etimológico a al-Juarismi: guarismo.