FdA #14 - Gestión de Expectativas en el Desarrollo de Software
Cómo las expectativas van a influenciar notablemente nuestro bienestar y el de los demás.
"Es preferible superar expectativas bajas que decepcionar con expectativas altas" - Autor Desconocido
No recuerdo dónde escuché la frase, pero si nos paramos a pensar, encierra mucha sabiduría. No se trata de promover que, en una interacción, la otra parte tenga las expectativas por los suelos, pero tampoco de ponerlas por las nubes.
Si dejas las expectativas a un buen nivel, pero lo suficientemente bajo como para que te sea relativamente fácil sorprender positivamente a la otra parte, estarás remando en la dirección correcta para destacar y que confíen en ti.
La Relación entre las Expectativas y la Felicidad
Este es un tema fascinante y complejo que ha sido objeto de estudio en campos como la psicología, la filosofía y la ciencia del comportamiento.
¿Están relacionadas las expectativas que tenemos con nuestro nivel de felicidad? A bote pronto, a mi me parece que sí.
El Programador Frustrado
El programador frustrado no solía tener claro cómo hacer estimaciones de features con cierta precisión, más por inseguridad en sí mismo, sumado a un inflamado síndrome del impostor, que por falta real de talento. Para no cabrear a su temible jefe y para no parecer un incompetente ante el resto del equipo, siempre daba estimaciones demasiado optimistas.
Él era consciente de que iba a estar complicado cumplir con los tiempos, que tendría que meter muchas horas extra para conseguirlo, y aún así, iba a ser casi imposible llevar el sprint a buen término.
Sin ser consciente, estaba poniendo las expectativas demasiado altas con sus estimaciones excesivamente optimistas.
El Temible Jefe
El jefe era una persona normal, para nada temible, pero era consciente de que debía apretar los tornillos a todos los miembros del equipo para que sacaran lo mejor de sí, de modo de que nadie se durmiera en los laureles o se tumbara en esa cómoda butaca acolchada llamada zona de confort.
Tenía la percepción de que ese programador, que había contratado hacía seis meses, casi siempre llegaba tarde a sus entregas. ¿Le estaría exigiendo demasiado? Para nada. No era comprensible que cumpliera en tan pocas ocasiones con los tiempos marcados, eso retrasaba las entregas pactadas con los clientes, y siempre les prometemos a todos un trabajo excepcional a tiempo.
El resto del equipo era más fiable en comparación, él no estaba cumpliendo con sus expectativas, quizá solo fuera porque se estaba adaptando todavía a su nuevo trabajo.
El Cliente Insatisfecho
Qué hartura, qué hastío. Otra vez tenía que cambiar de planes y retrasar la puesta en marcha de su proyecto por culpa de esos holgazanes, los de la empresa de “informáticos” que le estaban desarrollando su todopoderosa herramienta.
Llevaba meses aguantando la misma historia: primero le dicen que tal función estará terminada para marzo, con lo que ya podrá empezar a usar parte de la herramienta. Aunque el programa no estuviera terminado, con esa función ya podría ir usándolo para empezar a mejorar su flujo de trabajo.
Estando ya a mediados de marzo, van y le dicen que por algunos imprevistos tienen que retrasar la entrega a abril, pero que para entonces, también tendrá disponible algunas opciones extra -que ya estaban planificadas inicialmente para abril-. Pues nada, tocará esperar.
Llega abril y sí, la funcionalidad estaba, pero le daba error en una parte crucial que necesitaba para ya. ¡Ah! y de las opciones extra que le prometieron ni rastro. Otra vez a cambiar de planes y a retrasar la puesta en marcha de su proyecto. Otro mes a la basura.
Esperaba más de esta gente, en la consultoría inicial todo parecía maravilloso.
Todo al Revés
Era un cliente satisfecho. Se sentía genial usando su nueva herramienta. Aún faltaba una semana para marzo y ya había podido empezar a meter datos en el programa nuevo. Al principio salió algún error, pero se lo solucionaron rápido.
En la consultoría inicial le dieron a entender que a veces surgen imprevistos, que se puede dar la situación de que alguna entrega se retrase, lo cual entendía perfectamente porque a él le sucedía lo mismo.
Pero esa semana extra le daba bastante margen para cumplir holgadamente con su planificación. Los primeros meses de su proyecto, que tenían toda la pinta de ser los más duros, empezaban viento en popa.
Por su lado, el temible jefe que no era tan temible, estaba sorprendido con la nueva incorporación al equipo. Ese programador era implacable, parecía que se planificaba muy bien el trabajo y hasta éramos capaces de hacer algunas entregas tempranas a los clientes, que quedaban muy satisfechos.
Finalmente, al programador frustrado, que ya no estaba frustrado, le exigían un trabajo bastante intenso. Pero no pasaba nada, porque era consciente de que tenía la capacidad de sacarlo adelante. Además, siempre se daba cierto margen de error con sus estimaciones, ya que cada dos por tres había imprevistos. Y su jefe, que parecía majo, se mostraba contento con su trabajo.
Al hacer estimaciones realistas para contemplar imprevistos, le daba la oportunidad de hacer entregas tempranas cuando no surgía ningún problema que bloqueara el avance del desarrollo.
Otros miembros del equipo iban más rápido, pero también estaban más estresados, tenían que hacer más horas extra para no pillarse los dedos e incluso alguno ya estaba quemado. Eso no le pasaría a él.
Conclusiones
Superar las expectativas genera buenas sensaciones para todas las partes. No vivimos en un mundo ideal dónde todo sale siempre bien. Hay cosas que salen mal, hay entregas que se hacen tarde, hay proyectos que fracasan, sí.
El caso es que con una buena gestión de expectativas las relaciones entre personas suelen ser más satisfactorias.
Y ahora, la pregunta del millón. ¿Dónde suelen estar tus expectativas? ¿Por las nubes? ¿Por los suelos? Es importante regularlas. Si te decepcionas con facilidad, quizá las tengas muy altas. Si te importa todo una mi**** quizá estén bajas.
La tolerancia al fracaso, a los reveses, a los imprevistos negativos, a las malas noticias, etc. van a depender en gran medida de cómo gestiones tus expectativas.
Así que… ¿Dónde están tus expectativas?
Mis recomendaciones
🎧 Podcast
Este post sobre la gestión de expectativas ha sido, en parte, resultado de escuchar esta interesante conversa con Morgan Housel.
🎥 Youtube
Vídeo de dos minutos sobre el síndrome del impostor.
📖 Lectura
40 pequeñas grandes habilidades para la vida. Si buscas mantenerte competitivo en este mundo acelerado, debes aprender las habilidades cruciales para una vida moderna exitosa.